En la actividad participaron organizaciones de los territorios de Llaguepulli, Hualacura y Futa Mawiza.
El encuentro se realizó el 27 y 28 de junio en la escuela Kom Pu Lof Ñi Kimeltuwe ubicada en el sector de Llaguepulli, territorio Lafquenche. Durante ambas jornadas se contó con la participación de alrededor de 25 personas, quienes a través del nutram expusieron su visión sobre la educación mapuche, el trabajo y proceso que han desarrollado sus organizaciones, los desafíos que aún quedan por superar y la necesidad de generar mecanismos para una gobernanza local orientada a la defensa de los territorios.
Con respecto a la educación mapuche se reflexionó sobre la necesidad de una formación integral de las personas. Dicha formación debe estar orientada desde la cosmovisión mapuche hacia las prácticas sociales y culturales que concretizan los conocimientos y saberes comunitarios. En particular se relevó la importancia de abordar aspectos como el habitar en un tiempo y espacio, la relación entre pensamiento y lenguaje, el rol de los juegos comunitarios, el trabajo manual y oficios propios del quehacer Mapuche, la participación en prácticas culturales y la búsqueda de equilibrio y armonía con la naturaleza de la cual somos parte.
Durante la conversación cada una de las organizaciones compartió con los presentes el trabajo desarrollado en sus territorios, haciendo énfasis en la organización comunitaria, la necesidad de formación de líderes. Además se reflexionó sobre la importancia de abrir espacios educativos desde las primeras etapas del desarrollo, considerando el aprendizaje de prácticas culturales para su revitalización.
Finalizando las reflexiones se destacaron algunos desafíos compartidos y particulares de cada organización. En espacial los mecanismos de gobernanza local que pueden permitir la ejecución de proyectos desafiantes como el levantamiento de sistemas educativos mapuche, la defensa de la naturaleza y el establecimiento de relaciones recíprocas entre las comunidades, organismos estatales y la sociedad. Esto último, con el fin de superar la verticalidad de las relaciones que se establecen a través del discurso intercultural.